Un cliente me dijo… Juan sabe de que va la vida. Eso me marcó.

Era británico… Joven él, joven su esposa y, acompañados de sus dos adorables niños, eran la pareja perfecta. Eso sí, un poco british, ya que usaban el coche de despensa. Pero bueno eso es lógico, los que tenéis o habéis teñido críos sabéis perfectamente que desplazarse hoy en día requiere de una logística al nivel de cualquier ejercito o empresa tipo formula 1 y cosas de esas.

Ocurrió el año 2024; empiezo mi historia por el final, por una de las últimas reservas que he recibido en mi alojamiento. Te aseguro que no empecé a hacer esto ayer, aún así veo que puedo mejorar.

De verdad – hazme caso – me dí cuenta que algo estaba haciendo bien; si un british que pisaba por primera vez en su vida tierras del Rey Pelayo – ellos nunca habían estado en España – pero vieron en 3 días que sé cuál es el objetivo de la vida, de mi vida, ahí me di cuenta de que algo estaba haciendo muy bien; o es que hablo inglés de puta madre (que también), o por lo menos logro comunicarme con ellos y hacerles sentir la pasión con la que recibo a mis clientes.

Exactamente eso, comunicar o transmitir es lo que estoy buscando ahora mismo. Te comunico que mi alojamiento puede que sea el mejor de entre todos los que estas buscando, pero te transmito que la experiencia de alojarte en mi casa no la vas a olvidar fácil.

Y no lo digo yo ¡Lo dice Angus «el british».

Así se llamaba… Angus. Se bajaron del Ferry y directos a mi alojamiento, practicamente fui el primer habitante español con el que hablaron, ahora lo pienso y fue increíble. Me sentí como los indígenas recibiendo a los conquistadores españoles, con esos cascos de chapa que brillaban bajo el sol americano.

Sus hijos me hicieron un dibujo que puse en la puerta de mi apartamento. Y es que en realidad la gente cuando viaja tiene que recibir de nuestra parte – los propietarios de los alojamientos – la atención más exquisita, el cuidado en los detalles y el calor del lugar.

Siempre llega un gilipo****, pero de esos no vamos a hablar ahora.

Y de esto va este sitio, de alojar a personas en un edificio de apartamentos del que soy – ni más ni menos – la 4ª generación de propietarios.

Tengo una lista de correo donde escribo todos los días – tranquilos, se me da bien ¡Hazme caso! – y ahí te haré llegar reflexiones, detalles de mi alojamiento y del entorno y demás cosas… Vamos que voy a vender alojamiento en un entorno rural acojonante.

Si quieres te quedas y si no… Pues nada oye, busca en Booking o Airbnb a ver que encuentras… Yo lo tengo anunciado en esos sitios pero cobro mucho más y con los clientes de estas plataformas no soy tan simpático, os abro la puerta, pero poco… Pongo el pie y tal para que no puedas entrar bien.

Con los que reservan directo soy supermajo… Y si veo que estoy hablando con ellos y se acreca un cliente de los que reservan a través de Booking o Airbnb y tal, hablo en bajo para que no se enteren.

Te dejo el enlace para que te susbribas a mi lista, o no tú verás… Hagas lo que hagas ¡Hazme caso!